En el delito de injuria existen situaciones que cabrían dentro de los supuestos de una legítima defensa de los derechos de una persona o los de un familiar, como son los que en doctrina se conocen como el animus defendendi, el cual mueve al individuo a injuriar, con el objeto de proteger el acervo moral suyo o de sus familiares y amigos; o el animus retorquendi, que no es mas que una replica de de la injuria recibidas.