Para que la tradición sea válida deben cumplirse por lo menos cuatro requisitos: presencia de dos personas que se denominan tradente, la una; y, la otra, adquirente; quienes deben tener capacidad para transferir y adquirir, respectivamente; consentimiento del tradente y del adquirente; existencia de un título traslaticio de dominio, como el de venta, permuta, donación, y, entrega de la cosa; la tradición se materializa mediante la entrega del bien objeto de la misma y en el caso de los bienes inmuebles, es necesario que se verifique la inscripción registral del documento correspondiente para efectos de su oponibilidad frente a terceros.