Cuando un derecho ha sido individualmente adquirido antes de haberse puesto en vigencia la nueva ley, los preceptos de ésta no pueden tener autoridad para alterarlo o modificarlo; por el contrario, si en el instante en que la nueva disposición legal comenzó a regir el derecho no había sido adquirido individualmente, sino que está en expectativa o por nacer, no podrá ya adquirirse sino con arreglo al precepto de la nueva ley.