Por medio de la reeducación -incluido en el tratamiento penitenciario- se busca compensar las carencias del recluso frente al hombre libre ofreciéndole posibilidades de que tenga un acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad; y en cuanto a su reinserción social, ésta ha de favorecer directamente el contacto activo recluso-comunidad, bien por medio de los contactos sociales, como también haciendo que el desarrollo de la vida dentro del establecimiento penitenciario se asemeje a la vida en libertad.