En la actualidad existen numerosas actividades que, sin haber sido asumidas como servicio público por la Administración, están intervenidas tan poderosamente por aquélla, que las regula hasta los más mínimos detalles; lo que ocurre es que, debido a la importancia de los sectores intervenidos en relación con el interés público, la Administración se ve en la necesidad de controlar el desarrollo de las respectivas actividades.