El sólo anuncio moderado -con el debido respeto- del ejercicio de un derecho (demandar por cuidado personal a la madre), no constituye por sí mismo violencia intrafamiliar; claro está, que si esa frase se acompaña de gesticulaciones, actitudes ofensivas, palabras indecorosas, alzamiento del tono de voz o hasta fuerza física, constituirá violencia intrafamiliar.