El principio de igualdad en el ámbito tributario se traduce en el respeto al principio de capacidad económica, de forma que situaciones económicamente iguales deben ser tratadas de la misma manera; lo cual no veda cualquier desigualdad, sino sólo aquella que pueda reputarse como arbitraria, por carecer de justificación; además, el principio de igualdad no sólo exige igualdad ante la ley, sino también igualdad en la aplicación de la ley.